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La importancia de desarrollar el capital intelectual

Según datos de la Secretaría de Educación Pública todos los años regresan a clases más de 26 millones de alumnos de educación básica en México, sin contar a los estudiantes de educación media superior y universitarios. Un universo de niños y jóvenes que inician un nuevo ciclo escolar con ilusión y ganas de prepararse para enfrentar los retos que se presenten en su vida.

El fin de semana compartí tiempo con mis nietos -quienes se encuentran cursando kínder y primaria- y les pregunte como les fue en sus clases. Me comentaron que tuvieron nueva maestra, nuevos compañeros y que disfrutaron sus nuevas materias; pero lo que más me sorprendió es la facilidad con que dominan el uso de tabletas e Internet para hacer sus tareas, así como su conocimiento de un segundo idioma. Una nueva generación que combina la tecnología y los recursos multimedia -más allá de la pluma y el papel- para conocer y comprender un entorno en constante cambio.

Eso no dista mucho del siempre cambiante mundo corporativo, por lo cual es importante que los directivos y sus empresas regresen a clases, se capaciten y desarrollen nuevas competencias con el fin de actualizar su conocimiento y modernizar sus procesos, para incrementar su eficiencia y competitividad. El mundo ya no pertenece a los que saben sino a los que aprenden. Quién sabe, puede conocer algo ya obsoleto o anticuado. Quien aprende, está innovando y propone nuevas soluciones.

Es por ello que la única ventaja competitiva sostenible que tienen las compañías es la habilidad de aprender y capacitarse con mayor rapidez que sus competidores. Y para esta tarea se sugiere que el aprendizaje sea un proceso constante en la vida del CEO, siendo el impulsor de permear ese pensamiento en toda la organización y su equipo de trabajo.

Anteriormente, la función del directivo y el líder era reaccionar frente al mercado y resolver problemas. Su función ha evolucionado al identificar futuros escenarios, que permitirán establecer la estrategia óptima a seguir. Como diría Eric Hoffer, escritor y filósofo estadounidense, “Ante los fuertes vientos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, en cambio quienes crean saberlo todo se encontrarán fuertemente equipados para operar en un mundo que ya no existe”.

Las compañías que aprenden e impulsan la educación continua sumando la experiencia de sus directivos están un paso delante de su competencia.

Un modelo muy interesante es el de learning organization u organización abierta al aprendizaje, la cual facilita el aprender a todos sus miembros, compartiendo y permeando la información  a todos los niveles de la organización para experimentar una transformación continúa. La compañía que aprende cambia algunos aspectos de su cultura y se adapta a los requerimientos de sus clientes, sea cual sea su actividad.

El capitán de la compañía reconoce que el aprendizaje personal es necesario pero no suficiente. Los individuos pueden instruirse constantemente y, sin embargo, no transferir su instrucción a nivel organizacional. Por eso cobra relevancia el aprender por equipos, los cuales al tener un mismo nivel de conocimiento y desarrollo de competencias, transferirán su aprendizaje a toda la organización.

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Existen estructuras organizacionales que se basan en el modelo de trabajar en base a funciones, a organizarse alrededor de core competencies o competencias clave, las cuales combinan tecnología, procesos y capital humano, para construir diferenciadores competitivos y contar con procesos que pueden ser adaptados de ser necesario a cualquier tipo de industria. Mientras más especializado sea, será más difícil imitarlo y brindará mayores beneficios a sus clientes, ampliará sus mercados y abrirá las puertas a grandes oportunidades.

De continuar como una organización basada en procesos rígidos,  conocimientos desactualizados o imitando a empresas más grandes, es posible que se enfrenten a una realidad cada vez más compleja y puede resultar en un deterioro de su competitividad. Para evitarlo, es necesario que la innovación forme parte del ADN de la compañía, con el fin de mejorar y enriquecer de manera continua sus competencias clave.

Por otra parte, las compañías que aprenden e impulsan la educación continua aunado a la experiencia de sus directivos están un paso delante de su competencia. Esto se puede lograr a través de capacitación interna e investigación de las mejores prácticas de la industria, así como cursos externos relacionados con su negocio que tienen el plus de hacer un networking efectivo al compartir experiencias y retos de su actividad profesional.

Contar con una organización abierta al aprendizaje impulsará su desarrollo y el de su capital intelectual con un mayor nivel de especialización y conocimientos frescos, con el fin de proveer de productos y servicios innovadores que satisfagan las necesidades de los clientes y respalden la promesa de marca.

La organización con un mismo nivel de conocimiento y expertise permite que cada empleado sea un embajador de la compañía tomando valor la frase de Thomas J. Watson, fundador de IBM, “Nada se vende hasta que se entiende, nada se entiende hasta que se educa”.

Te invito a retomar el entusiasmo por aprender y tomar el reto de ser el guía que necesita tu empresa, te comparto estos 4 consejos para guiar a tu organización y permear el aprendizaje y la innovación.

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